Del 14 al 20 de julio se celebró la primera semana del curso de verano Xquenda, organizado por el área de gestión social, la Casa Comunitaria Nacanu’ Bií y el parque eólico Bií Hioxo, con el objetivo de formar a jóvenes voluntarios Xquenda —“el alma” en zapoteco— a través de actividades que fomentan habilidades blandas, conciencia territorial y liderazgo comunitario.
Este programa, que en 2019 sembró sus primeras raíces con una jornada de cierre en el Foro Ecológico Juchiteco, cumple ahora su cuarta edición, consolidándose como una tradición comunitaria que transforma el verano en un espacio de encuentro, formación y acción colectiva.
En su primera edición, el curso reunió a 34 voluntarios que participaron en operatividad y coordinación de actividades. En 2025, la red se ha expandido a 62 participantes, entre ellos nuevos voluntarios, familiares de colaboradores, propietarios y pescadores; todos comprometidos con los tres ejes fundamentales del curso: cultura de paz, medio ambiente y cultura zapoteca.
El sentido de pertenencia se ha fortalecido mediante símbolos comunitarios como el banderín grupal, la pintura facial ceremonial y el lema de acción, elementos que permiten a cada joven reconocerse dentro de un colectivo que comparte valores y propósito.
Durante la semana, los Xquendas han recibido herramientas que les permitirán ejercer un liderazgo respetuoso, empático y activo:
· Control de voz y manejo de grupo
· Escucha activa, integración e inclusión
· Cantos, bailes y dinámicas escénicas con enfoque comunitario
El equipo acompañó con empatía diversas situaciones personales sensibles, atendiendo desde necesidades emocionales hasta urgencias familiares, demostrando que este espacio formativo también es un entorno seguro de cuidado mutuo.
“Tenía pena para hablar, pero al ver que todos están hablando no me quise quedar callada. Sus palabras me motivaron. Al ver cómo son todos aquí me siento a gusto.”, dijo Valeria, voluntaria
Este testimonio refleja con claridad la transformación que vive una joven al encontrar su voz, confianza y sentido de pertenencia. En pocas palabras, sintetiza el espíritu del programa: formar almas que se conectan, se reconocen y actúan colectivamente.
En tiempos en que el Istmo ha vivido semanas marcadas por el descontrol y la incertidumbre, resulta más que pertinente promover liderazgos positivos entre las juventudes, sembrar en ellas la convicción de que el trabajo en equipo, el cuidado compartido y el hacer comunidad son herramientas reales de transformación. El curso de verano Xquenda no solo forma personas: cultiva esperanza colectiva.






