El equipo de GPG de Ciudad de México reforesta 100 árboles en “Rancho Los Laureles”

A tan solo unos minutos de la ciudad de México, rodenado la gran mancha urbana, se encuentran varios macizos forestales que pertenecen al Gran Bosque de Agua, una de las zonas boscosas con mayor biodiversidad del mundo. Este bosque se extiende por el Tepoztecola Sierra del Chichinautzinlas Lagunas de Zempoalael AjuscoDesierto de los Leones y la Sierra de las Cruces.

Inmerso en la Sierra de las Cruces y el Desierto de los Leones se encuentra el “Parque los Laureles”, un paraje de bosque de pino, encino y oyamel administrado desde 1573 por el pueblo originario de San Mateo Tlaltenango, decreto que fue  ratificado en 1981 y en el cual se reconoce la propiedad del 80% del Desierto de los Leones a la Comunidad Agraria, así como el valle de las Monjas y del Conejo, donde los comuneros desde hace un par de décadas han desarrollado proyectos de ecoturismo.

Estos bosques se ven presionados constantemente por el crecimiento de la ciudad, por lo que, a través de actividades de caminata, producción de pulque, proyectos piscícolas, recuperación de germoplasma, renta de cabañas y venta de comida, los comuneros han logrado conservar las 1,954 hectáreas a su encargo.

El 10 de noviembre, se realizó la reforestación de 100 oyameles, iniciativa con la que se busca ayudar a la comunidad a que inicie una etapa de colaboración con empresas, buscando una inyección extra de recursos a la comunidad y el bosque.

Para el equipo de GPG, esto fue una gran oportunidad para realizar dinámicas de team buildingconocerse a un nivel más profundo, deshacerse del estrés a través del contacto de los cinco sentidos con los grandiosos pinos y abetos, el lodo, la lluvia y; finalmente, realizar un voluntariado con mucho sentido.

Finalizaron la jornada compartiendo una deliciosa barbacoa con los comuneros y conociendo los métodos de colecta de germoplasma y manejo de compostas, así como el proyecto nuevo de renta de abetos para las familias que deseen tener uno en casa por las Navidades, sin necesidad de talar un árbol necesario en la naturaleza.

Mira cómo se vivió la jornada de reforestación:
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