Del 2 al 14 de junio, en una colaboración impulsada por GPG, CONANP y el Sistema Arrecifal Lobos-Tuxpan, un equipo conformado por el técnico comunitario Ernesto Pérez Pascual y tres estudiantes de la Universidad Veracruzana representaron al Campamento Nakú Kayám y al Colectivo Scarus en una significativa estancia de voluntariado en el Santuario Playa Rancho Nuevo, Tamaulipas.
Este santuario, que alberga el 90% de la anidación mundial de la tortuga Lora (Lepidochelys kempii), se convirtió durante dos semanas en escenario de aprendizaje y entrega. Bajo la guía de expertos locales, los participantes realizaron labores clave como el monitoreo de playa, marcaje de nidos, recolección y siembra de huevos, vigilancia en corrales, liberación de crías y limpieza de nidos, operando con turnos rotativos las 24 horas.
Los resultados fueron tan alentadores como emocionantes: se liberaron cerca de 87,000 crías de tortuga lora, se sembraron 150 nidos y se limpiaron otros 250. Sin embargo, más allá de las cifras, esta experiencia reforzó el compromiso con la protección de especies en riesgo y permitió el intercambio de saberes entre distintos campamentos de conservación.
Las voces de las voluntarias reflejan la profundidad de lo vivido:
“Aún se puede percibir la belleza y fragilidad de los seres vivos, y cómo el amor y la motivación pueden reunirnos en un mismo objetivo” dijo Diana
“Hay esperanza en que los jóvenes seamos partícipes activos en la conservación” contó Fátima
“Conocí el verdadero esfuerzo y dedicación que hay detrás de lo que normalmente solo vemos en pantalla» dijo Isabela
Acciones como esta refuerzan el valor del trabajo en red por la conservación de la biodiversidad y evidencian cómo la pasión compartida puede generar impactos tangibles para el planeta y la conciencia colectiva.


